1 dic 2011

Ichirin no hana.

No sé si esta es la peor decisión que he tomado... de la que me arrepentiré toda la vida.
De momento sé que no podía seguir forzándome a mi misma a seguir queriendo esta relación.

Cuando me acosté... lloraba, lloraba como si no hubiera mañana. Y es porque sé que no volveré a escuchar tu corazón latiendo tranquilo junto al mío, no podré juguetear con tu pelo mientras te vas quedando dormido y ver con una sonrisa en la oscuridad tus ojos pardos rindiéndose al mismo Morfeo.

Han sido 4 años llenos de recuerdos... de lágrimas también, pero sobre todo de aprendizaje, de nuevas metas propuestas y de caminar contigo de la mano por las calles de esta destartalada ciudad. Lo único que puedo hacer ahora mismo es quedarme con lo bueno que me has enseñado (que ha sido mucho) y darte las GRACIAS por saber entenderme a pesar de que tu corazón aún siga gritando mi nombre, desesperado.

La herida tardará en curarse... pero no quiero seguir engañándome y haciendo lo mismo hacia ti. Las cicatrices son la marca que nos hace recordar las batallas pasadas, ya sean ganadas o perdidas...esta guerra la hemos ganado aunque parezca lo contrario. Hemos estado impasibles ante las adversidades y aguantando cara al viento, como dos luchadores.

Sin embargo... la pequeña grieta que se abría entre nosotros se estaba haciendo más profunda, más aterradora. Hasta que me he dado cuenta que ese abismo era imposible de saltar, que no podía acercarme más a agarrar tu mano sin caerme en el hueco de color de la pez.

Llevo un nudo en mi garganta a todas las horas del día... porque sé que no estaré contigo como desearía, pero creo que a la larga, es lo mejor para los dos.

No te marchites, mi solitaria flor...

No hay comentarios: