1 abr 2012

Medianoche, sábanas y tú.

Aún tengo el tibio sabor de tus labios en mi boca,
mi respiración todavía se agita cuando recuerdo,
las sábanas han guardado tu aroma, ese que me hace perder los nervios,
el corazón se me acelera, tarareando esa melodía que tan bien conocemos...

Y esque las horas a tu lado se disipan como la niebla ante el yugo solar,
no existe un momento igual que el anterior,
las risas estallan igual que la pólvora,
tu mirada se hunde dentro de mi...
me trastoca en algún ínfimo rincón del alma
para hacerme olvidar todo lo demás.

Las caricias pasan de ser un juego a una provocación
los besos dejan de ser castos,
las palabras sobran,
la ropa aprieta.

Sonríes en la oscuridad, oyéndome suspirar,
el tacto de tu cuerpo es cada noche más adictivo,
el sabor de tu piel con cada mordida más intenso.

Desaparecen fugaces el miedo, la vergüenza y la prisa
sólo quedando el deseo de comernos mutuamente,
hasta que el cielo se torne de otro color,
hasta que las estrellas, testigos de nuestras travesuras,
dejen paso al astro rey, llevándose el secreto más allá de las galaxias.

Así son mis días a tu lado, explosiones de pasión en llamas
dulces palabras derritiéndose en mis oídos,
suaves canciones que embriagan el ambiente,
roces y besos en lugares prohibidos

Ya ha salido la luna a saludarnos...
¿Hacemos algo divertido?





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