6 nov 2011

Confusión

No, no es el término que ideó Confucio. (ConfuSio*)

La confusión es esa marabunta de pensamientos, que te hacen decir algo, y al minuto retractarte.
Es parecido a tener un nubarrón espeso en la cabeza del que llueve constantemente y truena y retumba, haciéndote polvo los tímpanos.
Te turba , sin que aciertes a expresar lo que realmente quieres, hace que titubees como un tartamudo frente a la clase antes de leer su redacción.
Sin duda también te equivoca, le dice: "Rojo" al oído del daltónico, cuando en realidad es verde. Y a ti, en el momento más inoportuno, te susurra: "Díselo ya" cuando tu corazón te pide a gritos huecos que la ignores, que es una víbora ponzoñosa.

Perturbado caminarás si la dichosa confusión se apodera de tu cerebro. Vagarás con esa típica expresión de paleto perdido, que busca cobijo en una cueva llena de lobos. Mientras tanto ella se ríe de tu desgracia. En lo más hondo de tu ser, sus carcajadas resuenan entre las costillas, mofándose. Es su juego preferido el verte dudar, hacer que te avergüences de tus palabras ya pronunciadas...

¡Qué desorden hay ahora mismo en tu cabeza! ¿verdad? Dale las gracias a la señora C. que articula el tejemaneje de todo el entramado de tus pensamientos, que puede darle al rojo botón para que se desbaraten tus férreos principios.

Vuelva pronto, Confusión, la esperamos con los brazos abiertos.
¿o quizá... no?

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