23 jun 2010

Muerte ven



La noche vuelve, y con ella, tu implacable sonrisa, tu fría mirada y tu guadaña tan escarpada como la montaña más alta.
<<¿Porqué estás aquí?>> Te pregunto intentando buscar una salida a esa prisión en la que me encuentro, pero tú, sonríes desde la ventana y sólo callas.
<<¿En verdad existes o eres fruto de mis sueños?>> Pienso mientras atraviesas el opaco cristal y te sientas a mi lado.
Mi cuerpo se estremece al sentirte... mis ojos te observan y sólo ven el vacío. Intento mover mis manos,pero sólo consigo que la sangre brote de mis muñecas, empapando mi ropa.
De repente me miras y te crecen dos alas negras que me envuelven como un manto de terciopelo, cálidas pero aterradoras, acogedoras pero misteriosas.
Es entonces cuando sonrío extasiada y dejo de sentir, mi cuerpo flota, mi cabeza está totalmente vacía de pensamientos, no hay recuerdos, no hay lejanos amores, tampoco esos intensos dolores.
Sólo veo humo gris embriagándome, y tu mano gélida que me transporta a un lugar inhóspito y desconocido.

1 comentario:

Jose Granero dijo...

La bella muerte siempre intenta seducirnos con su buen par de alas sedosas. A veces, hasta lo consigue, y yo vuelo con ella...